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Biblioteca Nacional: “Llave para permanecer en el tiempo”…

Su acervo inventariado es de un 1 millón 365 mil volúmenes e incluye distintos formatos, aunque su caudal rebasa los 2 millones. Entre los tesoros está el Libro de Horas, un manuscrito con cánticos de 1412. Un recinto abierto, donde caben todas las ideologías.

Ver el paso acelerado de un bibliotecario rumbo a la parada del pumabús para tomar de la mano a una mujer invidente, conducirla a la sala de consulta y comenzar a leerle un libro, resume la grandeza y dimensión social de una de las instituciones más colosales en el país: la Biblioteca Nacional (BN).

Es una estampa familiar en la Máxima Casa de Estudios, donde la BN se asentó en 1929, tras concretarse la autonomía universitaria. Desde 1967 es administrada por el Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB).

¿Hay algo de derechista o conservador -palabras usadas en Palacio Nacional- en acercar el conocimiento a otras personas, más aún cuando requieren algún tipo de apoyo?

Volvamos a la parada. La visita es coordinada por un área especial en la Universidad. Por eso el bibliotecario sabe con tiempo de la llegada de la mujer, a quien guía hacia un mundo extraordinario. Sus opciones son diversas: puede dirigirse a la sala tiflológica, la cual cuenta con un catálogo en braille. O bien, disfrutar de la lectura de un libro o solicitar le sea grabado en un CD para después escucharlo en casa. Otra posibilidad es adentrarse en la fonoteca, y optar por un audiolibro. Para quien tiene debilidad visual, es posible hacer uso de un escáner con capacidad para agrandar letras.

Todo eso brinda la Biblioteca. Y más, mucho más…

Su acervo inventariado es de un 1 millón 365 mil volúmenes e incluye distintos formatos: impresos, audios, videos, materiales didácticos e imágenes. Y diferentes salas especiales, adicionales a la colección general de libros: fonoteca, videoteca, mapoteca e iconoteca.

En realidad, el caudal rebasa los 2 millones, porque el grado de avance del inventario es de un 60%.

La Ley General de Bibliotecas obliga a todos los editores y productores bibliográficos del país a entregar a la BN dos ejemplares de todas las obras publicadas en México, tanto en formato impreso como en electrónico o digital. Uno es para resguardo y preservación, otro para compartir con los usuarios.

A la par, la UNAM recibe donaciones o realiza compras directas de todos los libros cuyo tema sea México, sin importar dónde sean publicados.

Un universo de libros… Seis mil volúmenes al año, en promedio.

“Tenemos una biblioteca singular en el mundo, porque normalmente las bibliotecas nacionales dependen de las secretarías o ministerios de cultura de cada país, y aquí está albergada en la UNAM. Fue una gran visión la de José Vasconcelos y de quienes depositaron en la Universidad a esta gran institución creada por Juárez en 1867”, refiere Pablo Mora Pérez-Tejada, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB)