“La certificación de competencias es la clave para fortalecer el mercado laboral”: ICEMéxico
Durante la presentación del libro “El futuro de la educación superior en México: competencias, retos, oportunidades y tendencias”, Christian Ríos, director de ICEMéxico, destacó que un aval de habilidades se vuelve más relevante para la inserción laboral, incluso más que un grado académico.
Tener más grados académicos no necesariamente se traduce en más ingresos. En un sistema como el mexicano, en el que sigue siendo un privilegio acceder a la educación superior, las certificaciones de competencia laboral se convierten en una solución para los universitarios que tardan más de 90 meses en encontrar un empleo que les permita recuperar la inversión escolar.
“La certificación de competencias laborales se trata de un modelo que podría insertar a muchos individuos, con un alto nivel de desempeño, en funciones relevantes que la industria está demandando en tiempo real”, explicó Christian Ríos, director y fundador del ICEMéxico, durante la presentación de su libro “El futuro de la educación superior en México: competencias, retos, oportunidades y tendencias”, en el Senado de la República.
En esta intervención, Ríos destacó que el aprendizaje de competencias específicas puede ser mucho más relevante para la inserción laboral, incluso más que un grado académico. En su experiencia personal, contar con una certificación le abrió las puertas del mercado inmediatamente, con oportunidades mejor remuneradas y con mayor proyección.
De acuerdo con un estudio realizado por Northern, las personas certificadas tienen salarios 99% más altos y jornadas laborales más cortas, que aquellas que no cuentan con una acreditación de habilidades.
Además, 85% de los individuos con un aval de competencias tiene acceso a servicios de salud, en contraste con el 45% del resto de colaboradores; y 93% forma parte de la economía formal, en comparación con 50% de los que no tienen dicha legitimidad de capacidades.
“Esta modalidad, además de ser más económica, de obtenerse en poco tiempo y tener un alto impacto, podría ser adecuada para 70% de los jóvenes que abandonan sus estudios universitarios, ya que al contar con certificaciones parciales obtenidas durante un plan de estudios, es más sencillo acceder a oportunidades laborales, incluso sin haber completado su grado académico”, aseguró el director y fundador del ICEMéxico, organismo certificador que construye y acredita redes educativas en Latinoamérica.
¿Certificaciones o universidad?
Si bien, esto no quiere decir que la educación superior no tenga ningún valor, o que sea menos relevante en el mercado laboral, Christian Ríos detalló que actualmente cientos de miles de egresados se encuentran desempleados, o perciben una remuneración mínima por sus conocimientos.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), de cada 100 personas que inician la primera en México, solo 37 logran inscribirse en la universidad. De éstas, 19 la terminan y únicamente 6 se insertan en un empleo que les da ingresos promedios de 12,000 pesos en menos de 6 meses.
“La universidad sí es un instrumento que genera movilidad social, pero solo para algunos, ya que nada más 12 de cada 100 egresados que logran ganar el ingreso promedio nacional de un profesionista, incrementa su entrada económica a 45,000 pesos mensuales en un periodo de entre 15 y 20 años (…) Esto, lejos de ayudar al país y su competitividad, perpetúa un desarrollo desigual”, añadió el director de ICEMéxico.
Bajo este panorama, es clara la brecha existente entre habilidades demandadas por el mercado de trabajo y las competencias adquiridas en las universidades. Por ello, la clave está en fortalecer la inserción laboral, la pertinencia y la movilidad social de las personas a través de certificaciones clave en los programas educativos. De esta manera, cuando los estudiantes se gradúen, no solo contarán con un título académico, sino con un aval que garantice su entrada al mundo ejecutivo.